La mujer aumenta su presencia profesional en el sector del transporte
Artículo revisado por el Comité
El sector de los transporte ha sido un ámbito laboral tradicionalmente vetado a las mujeres, pero diferentes organizaciones internacionales llevan tiempo reivindicando un cambio al respecto.
El sector de los transporte ha sido un ámbito laboral tradicionalmente vetado a las mujeres e, incluso, aún lo es en muchas partes del mundo. Las razones son generalmente culturales porque, en la mayor parte de los casos, se ha demostrado que las trabajadoras de este entorno realmente pueden prepararse para desempeñar cualquier labor y llevarla a cabo con la misma eficiencia que cualquier otro compañero.
Cambio de tendencia
No obstante, en los últimos años se está produciendo un importante cambio de tendencia y cada vez son más las mujeres que se incorporan para trabajar en diferentes puestos relacionados con el transporte, tanto de personas como de mercancías. E, incluso, en ámbitos más concretos como los portes y las mudanzas y no sólo como gestoras o administrativas desarrollando trabajos de oficina, sino también como conductoras, porteadoras, etc.
Así, por ejemplo, en Francia se está confirmando esta teoría, tal y como constatan organizaciones como OPCA-Transport –formada por diferentes sindicatos del sector y que directamente con la patronal y con los propios empleados del sector-, donde cerca del 75% de sus representantes en las diferentes regiones del país son mujeres.
De hecho, desde la propia organización se insta a alcanzar una mayor paridad y, para ello, apuntan que se debe empezar por cambiar la consideración que se tiene sobre la mujer en este ámbito y reconocer su valía y habilidades generales en el mundo de los negocios.
En el resto del mundo
La Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) también es consciente de que millones de mujeres en todo el mundo ocupan diferentes puestos en ámbitos muy diversos en el sector, pero que aún queda camino que recorrer.
Por ello organizan todo tipo de campañas para, por una parte, implicar a las propias mujeres en la lucha por sus derechos y motivarlas y capacitarlas para desempeñar cualquier tipo de trabajo y, por otra, para garantizar el cumplimiento de dichos derechos y conseguir unos niveles de igualdad cada vez mayores.