¿Cómo deben transportarse los libros en una mudanza?
Artículo revisado por el Comité
Transportar libros cuando se realiza una mudanza es una de las tareas más costosas. Seleccionar, embalar e identificar son los tres pasos básicos que hay que seguir para evitar problemas.
Transportar libros cuando se realiza una mudanza es una de las tareas más costosas, sobre todo si de dispone de una amplia biblioteca. El tiempo que puede llevar clasificarlos y organizarlos para evitar olvidos o pérdidas involuntarias, la gran variedad de tamaños que pueden presentar –lo que precisamente puede dificultar su clasificación-, y, sobre todo, el peso que pueden llegar a tener son elementos que hay que tener muy en cuenta en todos los traslados.
Primer paso: selección
Las mudanzas pueden considerarse el mejor momento para deshacerse de objetos, muebles o prendas de ropa que se han ido almacenando muchas veces sin ningún sentido y, en el caso de los libros, esta circunstancia puede ser mucho más determinante.
Ejemplares que ya se han leído y releído, enciclopedias o volúmenes sueltos que se han quedado completamente obsoletos, libros que se han empezado a leer en multitud de ocasiones y que nunca se han llegado a terminar porque no enganchaban, etc. ocuparán un valioso espacio entre las cajas de la mudanza cuando, realmente, no es necesario.
Para deshacerse de ellos de la mejor forma y darles una segunda vida hay varias opciones:
- Acudir a librerías o establecimientos que compren ejemplares de segunda mano.
- Contactar con bibliotecas, asociaciones u ong´s que, cada cierto tiempo, realicen campañas de recogida de libros o acepten donaciones particulares.
- Participar del movimiento de bookcrossing –consiste en dejar libros en diferentes sitios públicos de las ciudades y, si se quiere, notificarlo a través de una web internacional para que, quien lo desee, pueda recogerlos-.
Segundo paso: embalaje e identificación
El mejor sistema para el traslado de libros son las cajas de cartón ya que ofrecen una amplia gama de medidas que se adaptan a todos los tamaños, son resistentes y fáciles de transportar.
La principal premisa que hay que seguir es que, al llenarlas, estas cajas no deben superar los 20 kilos de peso –incluso se recomiendan pesos inferiores para evitar cargas excesivas-. Por ello, es importante seleccionar el número de libros que se van a incluir en cada una en función de su tamaño y su peso.
Si las cajas tienen que ser grandes por las dimensiones de los ejemplares pero no se llegan a llenar por el peso de los mismos, se pueden completar con otros objetos o enseres voluminosos pero de poco peso que, incluso, pueden proteger los libros –toallas, mantas ligeras, etc.-.
El último paso, una vez llenas las cajas, es indicar en el exterior exactamente qué libros y objetos se incluyen y la habitación en la que se van a colocar en el destino para facilitar, entonces, la tarea de desembalaje y nueva clasificación.
BUENISIMO!!!!! muy utiles los consejos para el embalaje de los libros. ana maria
Muy útil para mí que iré cambiar de domicilio muy pronto. Una pregunta: también hacen mudanzas de Sevilla para Málaga.