Sobrevivir al estrés provocado por una mudanza

Las mudanzas son una fuente de estrés y ansiedad para muchas personas. Pero los trastornos emocionales que conllevan pueden prevenirse y combatirse.

20 ENE 2012 · Lectura: min.
Sobrevivir al estrés provocado por una mudanza

Hay muchas razones para mudarse: la necesidad de espacio para aumentar la familia, un cambio de trabajo, una situación económica diferente... Y con todas las connotaciones positivas y negativas que puede tener el cambio de situación, el hecho de moverse a otro lugar puede provocar una gran inestabilidad emocional: la mudanza es una situación estresante para todos los miembros de la familia.

La mudanza afecta de diferentes formas según la edad y las circunstancias. Hay estudios sociales que apuntan que, junto con el divorcio, una mudanza es una de las situaciones que mayor estrés causan un ser humano.

Una buena forma de prevenir el estrés y los nervios derivados de una mudanza es una detallada planificación previa. De ese modo, se evitarán muchos pequeños conflictos y la sensación de estar perdido durante el proceso.

Al planificar se deben tener en cuenta tanto los plazos como las responsabilidades de las distintas tareas, así como las afinidades e intereses de las personas que participen. Si a un amigo le gusta mucho leer y se ha ofrecido para ayudar, ¿por qué no ponerle a empaquetar libros?

En ocasiones, las mudanzas desatan conflictos relacionados con el miedo al cambio. Si el traslado supone un desplazamiento importante del lugar de residencia, conlleva enfrentarse a una nueva situación vital y a nuevas decisiones. Pero no hay que desesperarse por estar preocupado. Tener miedo es natural y hasta sano, puesto que es una emoción que ayuda a analizar los riesgos y dificultades y nos predispone para resolver problemas y soluciones.

Una de las claves es ganar confianza en uno mismo y su propia capacidad de adaptación a las circunstancias. Reconocer la propia debilidad es el camino para encontrar la fortaleza. ¿Cómo? Buscando ideas que ayuden a superar el miedo y transformándolas en pensamientos a base de repetirlas diariamente. Y, sobre todo, siendo tolerante con el avance personal. Una etapa diferente implica que en ocasiones se necesitarán varios intentos para llegar a la meta.

Las mudanzas son un buen momento para hacer limpieza y deshacerse de objetos, muebles o ropa que ya no se usa. Mientras se limpian y vacían las habitaciones, se reviven algunos recuerdos y se borran otros. ¿Por qué no aprovechar la mudanza para hacer también una limpieza emocional?

Para algunas personas, una mudanza es el inicio de una nueva etapa en la vida, sea forzosa o no. Según el temperamento de cada uno, hay diferentes opciones para que la adaptación al nuevo hogar, desde estructurar la casa de la misma forma que estaba antes a cambiar totalmente la decoración.

Niños

En la mudanza, los niños pueden perder momentáneamente los referentes temporales. Por eso es conveniente en la nueva casa un espacio para ellos. Una vez rodeados de elementos familiares empezarán a sentir el lugar como propio.

Otra forma de ayudarles es explicarles el traslado con anticipación para evitar la ansiedad derivada de lo inesperado y no planificado.

Durante la mudanza, es necesaria mucha paciencia con el niño. Probablemente, querrá ayudar durante el proceso y es bueno permitírselo, asignándole pequeñas tareas para que esté entretenido.

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