El contrato de una mudanza: normativa y tipos
Artículo revisado por el Comité
El servicio de mudanza se define como la recogida, transporte y entrega de mobiliario y enseres de un domicilio. La Ley del Transporte Terrestre de Mercancías de 2009 regula los derechos y obligaciones de las partes que firman un contrato de mudanza.
Un contrato de mudanza es aquel por el que la empresa de mudanzas está obligada a transportar mobiliario y diferentes enseres, realizando además las tareas de carga, descarga y traslado de los objetos a mover desde su origen al lugar determinado como destino. Operaciones como embalaje y desembalaje, armado o desarmado y otras complementarias quedan a la voluntad contractual de las partes firmantes.
Por su parte, el consumidor se compromete a facilitar con antelación suficiente todos los datos necesarios: naturaleza, número e importancia de los objetos a cargar, designación de los lugares de carga y descarga, señalando condiciones de acceso para personal y vehículos, definición de aquellos objetos sujetos a una regulación especial.
En casi todos los contratos de mudanzas hay una cláusula específica sobre objetos valiosos. También, debemos establecer una declaración de valor global de los objetos que será la base de cálculo en caso de pérdida o rotura (lo ideal es realizar un inventario detallado de lo que se va a trasladar). Este es un elemento esencial del contrato, el relativo a la responsabilidad y posibles indemnizaciones por desperfectos, con el detalle de las exclusiones a la misma.
Otros aspectos que figuran en el contrato son la anulación del servicio por cualquiera de las dos partes (que conlleva indemnización), lo relacionado con el precio y forma de pago (se fijarán antes del traslado, previo presupuesto aprobado por el cliente. La empresa puede exigir el pago total) y la ruta (no es obligatorio seguir una prefijada).
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