La mudanza, un buen momento para revisar nuestras pertenencias
Artículo revisado por el Comité
Un traslado es, generalmente, una situación positiva, el inicio de un nuevo proyecto cargado de ilusiones. Implica una renovación, el comienzo de una nueva etapa en nuestra vida. Por ello, la mudanza es una ocasión inmejorable para deshacernos de todo aquello que ya no necesitamos.
Antes de gozar de nuestro nuevo hogar, es inevitable pasar por el trabajoso proceso de una mudanza. Aprovechemos la situación para hacer desaparecer de nuestras vidas cualquier objeto inútil, que hayamos dejado de utilizar. Antes de comenzar el embalaje, debemos tener bien claro qué podremos y qué no podremos llevar con nosotros, tener resueltas las cuestiones afectivas relativas a nuestras posesiones y haber decidido el destino de cada una de ellas.
Por supuesto, todo lo que está roto o deteriorado debe tirarse a la basura (lo ideal sería preocuparnos con antelación de averiguar el contenedor exacto que corresponde a cada tipo de residuo). Siempre que las cosas estén en buen estado, lo mejor es donarlas. Actualmente, es frecuente vender los más variados objetos a través de páginas de internet especializadas en estas transacciones. Tengamos en cuenta que puede ser un proceso laborioso y valoremos si nuestro estado de ánimo, ya en tensión por el traslado, está en condiciones de atender esta actividad.
Deberíamos hacer un apartado especial con las pertenencias de nuestros hijos. Cualquier cambio es un momento muy delicado para un niño por la inseguridad que le genera. Aunque le hayamos explicado la situación, perder cualquiera de sus posesiones puede resultar imposible de asumir por el pequeño. No es la mejor situación para plantearles la educativa enseñanza de lo bueno que es regalar cosas a quienes más lo necesitan. Incluso en el caso de juguetes rotos o ropa que ya no les valga, es preferible tirarlos después de unos días en la nueva vivienda, cuando el niño ya se haya adaptado a la nueva casa.
Foto: mundomudanzas.com
